domingo, 17 de junio de 2007

Comer para vivir

Una gran mayoría de personas viven para comer en lugar de comer para vivir. Personalmente me gusta comer, pero se que resultaría catastrófico el que me diera por comer simplemente por placer o por rellenar con comida esos momentos ociosos o ansiosos.

He pasado gran parte de mi vida con dietas que no me han llevado a ninguna parte. Perdía unos cuantos kilos, pero luego los volvía a recuperar, hasta que encontré la solución. La cuestión no está en morirse de hambre, en saltarse comidas, en comer durante semanas un único alimento. NO, la solución está simplemente en cambiar nuestros hábitos alimenticios. He aprendido que una buena alimentación no es una dieta o medidas restrictivas a corto plazo. Es importante entender que existen, también, múltiples factores, como el tipo corporal, el estilo y la forma de vida, problemas de salud, etc., que afectan la digestión y a la absorción de los nutrientes. Es necesario reeducar nuestros gustos gastronómicos, limpiar el sistema digestivo. Las personas que ya han caído en malos hábitos alimenticios (excesos de grasas, dulces, etc) – ¡yo era una de ellas! Les costará algún tiempo acostumbrarse a los nuevos hábitos. Realmente somos los que comemos.

Un cambio en tu forma de comer puede ayudarte a perder peso, a liberar energías y a ganar salud. No olvides, también, que una dieta no es bastante por sí sola. Es necesario combinarla con ejercicios y un buen ambiente.

Comenzar una dieta.

Antes de comenzar cualquier programa de adelgazamiento es necesario hacernos tres preguntas:

¿Dónde comemos?
¿Cómo comemos?
¿Qué es lo que comemos?

¿Dónde comemos?

¿Cómo es ese lugar donde nos disponemos a realizar esa función tan importante que nuestro organismo necesita para funcionar?. ¿Es ruidoso, estresante?, ¿feo y deprimente?, ¿ajetreado, tranquilo?. Aunque parezca mentira, todas estas cosas afectan a la digestión y a la capacidad de asimilar los nutrientes. La relajación emocional es mucho más importante que lo que se cree para la digestión.

Es necesario tratar de comer en un ambiente de calma, tranquilo. Siguiendo siempre, en la medida de nuestras posibilidades, un horario.

¿Cómo comemos?

La vida moderna hace que cada vez dispongamos de menos tiempo para comer. Como consecuencia de ello, un nuevo fenómeno ha entrado en nuestro hábito de comer: la comida rápida, prefabricada o como algunas ya la denominan "la comida basura".

Es importante tomarnos nuestro tiempo para comer, para masticar y para tragar. Comer demasiado deprisa hace que tengamos siempre hambre.

Comer poco, de modo frecuente, masticando lentamente, sin prisas, es lo ideal.

¿Qué es lo que comemos?

Como he dicho anteriormente la falta de tiempo hace, en muchas ocasiones, que comamos cualquier cosa. También el estado de ánimo de las personas y las situaciones que vivimos hacen que ataquemos de forma continuada la despensa y la nevera. Un control en nuestro hábitos alimenticios y una forma diferente de organizarnos mejorarán nuestra salud y por añadidura nuestro estado físico.

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